Santa Gertrudis, Chihuahua
Entre una veintena de casas emergen vehículos blindados escapando a toda velocidad, levantando inmensas nubes de polvo, seco y caliente, a su paso.
Detrás de ellos, se escuchan detonaciones pesadas y aparecen más vehículos en persecución. Entre el rugir de los motores y los disparos de mortero atrapando los sentidos, el intenso calor se olvida momentáneamente.
Desde las faldas del cerro Perla, se observa finalmente al enemigo, un grupo de blindados de banderas rojas que busca alcanzar a los vehículos del Ejército mexicano, en franca retirada.
Pero en realidad se trata de una maniobra engañosa de las Fuerzas Armadas, pues detrás de una loma aparecen un helicóptero Black Hawk y un MD-530F artillados, que buscan desde el cielo brindar fuego de cobertura a los vehículos de bandera azul, a quienes persiguen los “enemigos extranjeros” de bandera roja.
Por supuesto, todo esto se trata de un ejercicio, correspondiente a la Cuarta y Quinta fases de adiestramiento de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en el Campo Militar 42-A, en el que se simula una intervención bélica extranjera.
De pronto, aviones de transporte aparecen en escena y el horizonte se llena de manchas verdes, mientras 160 fusileros paracaidistas descienden de los cielos para reforzar la lucha en la retaguardia enemiga.
Entonces aviones supersónicos F-5 Tiger aparecen en escena y comienzan a realizar detonaciones con fuego y explosiones reales, diezmando supuestas instalaciones logísticas con el cañoneo de proyectiles de 20 mm.
Tras la batalla simulada, las Fuerzas Armadas regresan a las poblaciones afectadas para restablecer el orden y ejecutar la reconstrucción… Apoyados por la Guardia Nacional, que tras una batalla real tendría la labor de relevar a los militares para retomar sus tareas de Seguridad Pública.
Una victoria contra un enemigo simulado… Y otra contra el Sol, con sus inclementes rayos.
LEG #24Horas
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